En pleno auge de las renovables y del boom del autoconsumo, hoy queremos hablar de una figura jurídica que a pesar de la buena salud del sector fotovoltaico no ha despegado todavía con la fuerza que debería. Nos referimos a las comunidades energéticas, figura que proviene de la regulación europea, y que permite a ciudadanos, empresas y entidades públicas y privadas producir y consumir energía de forma conjunta a partir de una o varias instalaciones fotovoltaicas, con el fin de obtener beneficios medioambientales, económicos o sociales. Además de contribuir a la reducción de emisiones de CO2, desde el punto de vista medioambiental, fomentan la participación de forma activa de los consumidores en el cambio de modelo energético y la transición energética.
Este modelo de autoconsumo colectivo permite a sus integrantes consumir, almacenar, compartir y vender energía renovable colectivamente para sacarle, de esta forma, el máximo partido a la generación solar. Es por ello que, necesariamente, deben constituirse como entidades jurídicas. Se benefician de los beneficios de la tecnología “peer to peer” -el intercambio persona a persona-, y buscan una mayor participación de los ciudadanos y otros actores en el mercado energético, permitiendo reducir, entre otras cosas, la dependencia del mercado eléctrico.
Sin amparo legal
Hasta la fecha, las comunidades energéticas se encontraban sin un amparo legal que las regulase.El Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), ha lanzado hace unos días a información pública un Real Decreto para regular las dos formas jurídicas comprendidas dentro del ámbito de las comunidades energéticas: las comunidades de energías renovables y las comunidades ciudadanas de energía.
La aprobación de este Real Decreto favorecerá el establecimiento de los estatutos de las nuevas comunidades energéticas y ayudará a su implementación y puesta en marcha. Según datos aportados por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético, (IDAE), en España actualmente hay al menos 73 comunidades energéticas en marcha, que han sido beneficiarias de las ayudas de los fondos europeos Next Generation EU del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, CE IMPLEMENTA 01 y 02.
Según recoge el texto, tanto las comunidades de energías renovables como las comunidades ciudadanas de energía pueden adquirir distintas formas jurídicas y participar en todos los mercados organizados de producción de energía eléctrica. Deben estar formadas por un mínimo de cinco socios o miembros y ninguno debe superar el 51% de los votos, que han de ser personas físicas, administraciones locales o empresas de pequeño tamaño.
Proximidad en las instalaciones
Si bien, en lo que respecta en concreto a las comunidades de energías renovables, los miembros deben estar situados siempre en las proximidades de las instalaciones de renovables, a una distancia que dependerá en función del tamaño de la localidad. En el caso de los pequeños municipios o en riesgo de despoblación, el radio de actuación será mayor a fin de lograr un número de miembros adecuado para la constitución de la comunidad.
Conexión, acceso y aportaciones, según el RD
Las comunidades energéticas podrán acceder al Régimen Económico de Energías Renovables REER y a las subastas periódicas con las que se otorga esta retribución regulada. Las subastas tendrán en cuenta las particularidades de las comunidades para que puedan competir con otros participantes e incluirán cupos de potencia específicos para ellas.
La propuesta legislativa del MITECO señala a su vez que adicionalmente se liberará un 5% de la capacidad en los nudos de la red eléctrica reservados para celebrar concursos de acceso y conexión, que podrá otorgarse por orden de prelación a las nuevas instalaciones de generación que formen parte de una comunidad energética, con el fin de garantizar la evacuación de su producción.
Otorgadas el 40% de las ayudas
El Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (PERTE ERHA) incluye, por su parte, una línea de apoyo específica para comunidades energéticas dotada con 100 millones de euros. Hasta la fecha se han fallado las dos primeras convocatorias, con 40 millones que han beneficiado ya a 73 comunidades integradas por más de 95.000 socios.
Y mientras el Real Decreto va tomando su forma definitiva, hoy por hoy ya hay más de una treintena de comunidades energéticas funcionando en España. Un buen ejemplo es la comunidad energética “Illa Eficient Eficent del Eixample”, en el Ensanche de Barcelona -entre la Gran Vía y las calles Calàbria y Viladomat,- que acaba de ser reconocida como ejemplo de buenas prácticas en el ámbito de la rehabilitación sostenible de edificios por la Asociación Española de Gestores Públicos de Vivienda y Suelo, AVS. Un proyecto del que además del que formamos parte, ya que nuestras soluciones de almacenamiento y gestión inteligente de energía y el software Amperia Communities –plataforma encargada de coordinar todos los equipos e instalaciones que componen la Smart grids para que funcionen como una comunidad energética- han sido las soluciones elegidas para optimizar el consumo energético de esta primera Comunidad Energética de Barcelona.
¿Te gustaría impulsar una comunidad energética? Ahora es el mejor momento, ya que a partir de ahora las comunidades energéticas van a contar, además de financiación, con un marco jurídico. Ampere Energy comercializa sus soluciones para el autoconsumo colectivo a través de Ampgy Smart Grids. ¡Contáctanos!.