Entorno empresarial e industrial: hacia mayores niveles de descarbonización

El consumo energético a escala mundial es el factor que más incide en el cambio climático o en la fuente de emisiones de gases de efecto invernadero. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), supone cerca del 60% de todas las emisiones mundiales. Y dado que los combustibles fósiles aún representan el 82% del consumo energético mundial, todavía hay mucho que recorrer para avanzar en la transformación hacia una sociedad neutra en carbono. Por esta y otras muchas razones, es cada vez más necesario un compromiso más ambicioso de todos los actores, incluido el tejido empresarial. 

 

Un contexto aún más preocupante debido a que las emisiones mundiales de CO2 marcaron en 2021 un nuevo récord histórico, con un incremento de las emisiones relacionadas con la energía en un 6% (36.300 millones de toneladas). Según el balance anual publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el nivel más alto registrado hasta el momento.  

 

El informe de la Agencia Internacional de la Energía presentado con motivo de la cumbre mundial del clima de Egipto, COP27 (titulado “Carbón hacia la transición emisiones cero: estrategias para un cambio rápido y seguro”),  insta a los países más dependientes como China e India a abandonar el uso de este combustible antes de 2030, con el fin de evitar llevar al planeta al peligroso límite de los 1,5 grados de calentamiento global.

Si bien, y pese al claro aumento en el uso del carbón, las fuentes de energía renovables y la energía nuclear proporcionaron una mayor proporción de generación de electricidad mundial que el carbón. La generación basada en renovables registró además una cifra histórica y superó los 8.000 teravatios-hora (TWh) en 2021, y la producción de energía solar fotovoltaica aumentó 170 TWh. No obstante, las renovables, a pesar de la pujanza que están viviendo, por sí solas no serán capaces de mitigar el calentamiento global. 

 

Solo 4 de cada 10 empresas españolas, comprometidas con la reducción de emisiones

En España, por su parte, el 31% de estas emisiones provienen del sector industrial, en su inmensa mayoría formado por pymes y autónomos. Pese a ello, tan solo 4 de cada 10 empresas españolas se compromete a reducir sus emisiones de CO2. Son algunas de las conclusiones de la Consulta integral del Pacto Mundial de la ONU España, un documento que asegura que el 58% de las empresas consultadas dispone de una política ambiental, pero que todavía existe una brecha importante a la hora de implementar medidas específicas. Hablamos de actuaciones encaminadas a lograr una mayor implicación en cuanto a la reducción de emisiones, especificado por el 41% de las empresas encuestadas. Un compromiso que en el caso de las grandes empresas es más elevado y se sitúa en el 68,8%, mientras que entre pymes y autónomos se reduce al 32,8%.

Pese a que cada vez más empresas de todo el mundo establecen claros objetivos de descarbonización e incorporan el uso de energías renovables a su hoja de ruta para mitigar la contaminación y ahorrar en el consumo, todavía el 93% de las compañías deben duplicar su ritmo de descarbonización antes de 2030 para alcanzar las metas. Los datos proporcionados por Accenture estiman aunque más de un tercio (34%) de las mayores empresas del mundo se han comprometido a alcanzar las cero emisiones netas, la mayoría de ellas no alcanzará los objetivos de descarbonización si no duplican su ritmo de reducción de emisiones en las próximas décadas.

 

El informe, bajo el título “Acelerando los objetivos de cero emisiones de las empresas de todo el mundo para 2050” (Accelerating Global Companies towards Net Zero by 2050), se sustenta en los datos aportados por 2.000 de las mayores empresas públicas y privadas de todo el mundo y en la evaluación de su compromiso de reducción de emisiones. La creciente inflación de los precios de la energía, así como la inseguridad del suministro, estarían limitando el alcance de los objetivos fijados. Ahora bien, no todo iba a ser poco halagüeño, y el 84% de las empresas asegura tener previsto aumentar su inversión en sostenibilidad antes del cierre de 2022. Una motivación impulsada también en buena parte por los altos precios de la energía como consecuencia de la guerra de Ucrania y la dependencia rusa. 

 

Se alcancen o no finalmente todos los objetivos marcados, lo que parece un hecho constatado es el compromiso creciente del tejido productivo para reducir las emisiones de CO₂. Y ante este panorama incierto, al igual que en el caso de los hogares, la opción del autoconsumo se presenta como la mejor alternativa para el entorno empresarial

 

SEMS Buffer, para industrias, comunidades de vecinos, ayuntamientos o estaciones de carga rápida

Ampere Energy ha desarrollado, precisamente, un sistema de gestión energética con acumulación y gestión de instalación fotovoltaica, que cubre las necesidades de usuarios de autoconsumo a gran escala: SEMS Buffer. El equipo diseñado específicamente para industrias, comunidades de vecinos, ayuntamientos o estaciones de carga rápida, unidos o no a una comunidad solar, incorpora los últimos avances en gestión inteligente de la energía, con un software de control que monitoriza, controla y optimiza el consumo de la instalación mediante la aplicación de herramientas de análisis Big Data y algoritmos de aprendizaje automático. También cuenta con diferentes soluciones especialmente indicadas para viviendas residenciales y pequeños negocios.